Durante el siglo pasado y debido a la globalización en el transporte de material vegetal derivado de los olmos, los hongos Ophiostoma ulmi y O. novo-ulmi causantes de la enfermedad de la grafiosis, fueron introducidos en Europa y Norteamérica. Su procedencia no se ha probado con seguridad, pero se apunta a la región del Himalaya como posible lugar de origen.

Tras su introducción, los patógenos se expandieron rápidamente en varios frentes epidémicos. O. ulmi se difundió a principios del siglo XX desde el noroeste hacia el centro y sur de Europa, y hacia el este, hasta las Islas Británicas y Norteamérica. En torno a 1940, dos subespecies de O. novo-ulmi fueron introducidas en Europa y Norteamérica, reemplazando rápidamente a O. ulmi por estar mejor adaptadas al clima templado.

La enfermedad fue reconocida por primera vez en España hacia el año 1932 por el patólogo forestal Benito Martínez. La primera pandemia de O. ulmi causó una pérdida estimada entre el 10 y 40 % de los olmos, provocando la selección natural de individuos resistentes. A este hongo se le conoce como especie no agresiva de la grafiosis, ya que es relativamente débil. O. novo-ulmi, causante de la segunda pandemia que provocó la práctica desaparición de los olmos adultos en toda España, se le conoce como especie agresiva.

Fotografía realizada mediante un microscopio electrónico de barrido mostrando hifas del hongo patógeno de la grafiosis (Ophiostoma novo-ulmi)colonizando un elemento vascular de la madera temprana de un olmo. Durante el proceso de colonización del xilema, el hongo causa la cavitación de los elementos conductores, ocasionando un déficit hídrico al árbol. Foto: Luis García Esteban.

(pincha en la imagen para verla a mayor tamaño)